CAFAYATE DIARIO- POR MAILÉN ROCÍO SALDAÑO. – Soy Mailén Rocío Saldaño, tengo 20 años, soy estudiante universitaria y decidí involucrarme en política porque no quiero ser indiferente a la realidad que vivimos en Cafayate.

Ser joven no significa estar desconectado. Caminamos las mismas calles rotas, estudiamos en escuelas sin recursos, vivimos con miedo por la falta de iluminación. Pero lo más desgarrador es la crisis en la salud pública: falta de médicos, falta de atención, familias que deben viajar kilómetros para hacerse un estudio o continuar un tratamiento. La salud no puede depender de la suerte ni del bolsillo.

No vine a hacer show. No vine a gritar más fuerte que los demás. Vine a comprometerme en serio, sin agredir, sin usar la política como una excusa para el odio. Porque el cambio no nace del escándalo, nace del respeto, del trabajo y del corazón puesto en la gente.

Cafayate no necesita más ruido. Necesita voces que hablen con verdad, con dolor, con amor por su tierra. Y desde mi lugar, voy a seguir levantando la voz. Porque cuando te duele lo que ves, el silencio no es opción: es traición.